Zanfona

Carmen Orte con la zanfona.
Foto Vidarte.


         Siento la zanfona como una metáfora de la rueda de la vida y de la rueda de la Fortuna. El movimiento infinito. Por eso y porque fue un instrumento con el que se acompañaban muchos ciegos en España en los siglos XIX y XX, cantar romances acompañándose de zanfona es una catarsis, una conexión que te transforma, y curiosamente transmite paz, tranquilidad. La suma de zanfona y voz, en espacios abiertos o amplios, sosiega, apacigua, te remonta al origen, al movimiento constante, al flujo de sonido, aire, vida.

      Es un instrumento espectacular para cantar romances de ciego; su sonido mágico y cautivador se escucha a mucha distancia y cuando te vas aproximando, ya la curiosidad o el gusto te ha atrapado. Si cantas a su son instintivamente quieres competir con ella: cosa absurda te advierte tu garganta abrumada por la fuerza de su sonido. Mas cuando te acomodas a su tono y te compenetras con ella, te invade una sensación de plenitud. Con los ojos cerrados, si los abres te confundes en la melodía y se rompe ese unísono tan delicioso.
         Cuando visité Argentina a finales de los años 80, actuábamos en el café Mozart  de Buenos Aires y un día vino un amigo de Sheila Cremaschi con un instrumento que me dejó pasmada. Además me quedé con él durante un mes. Fue la primera que tuve entre mis manos, la besé tantas veces bajo el cielo infinito....
         Alguna de las canciones de mi repertorio que acompaño con la zanfona:
Romance de El prisionero.
Romance de La loba parda.
Arboreda, arboreda. (Romance sefardí).
Romance de El conde Olinos.
Pregón de romances.
Al villano se la dan. (Cervantes).
Romance de El Forzado.  (Góngora).
Un cabretico. (Canción sefardí).
Romance de La condesita.
Romance de La rueda de la Fortuna.
Romance de La pedigüeña.
Romance de El Enamorado y la Muerte.
vl. (Clara Janés)
En la prisión de la ansiedad. (Violeta Parra).

4 comentarios:

  1. Esa misma atracción mágica de un sonido misterioso me atrajo a mí una vez, de estos otoños, entre las callejas del Cáceres antiguo, para vislumbrar y disfrutar fugazmente de la belleza. Pena da de, como relatas, abrir los ojos y romper ese unísono espiritual que todos buscamos y a veces, raras, conseguimos. Gracias por el regalo de tu voz y tus palabras.

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    1. Las calles y plazas de Cáceres son el espacio ideal para estos sones, al pie de la iglesia de san Mateo habrán cantado y tocado innumerables juglares y sus piedras guardan sus sonidos.
      Muchas gracias por tu comentario.

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  2. Y ahí nos conocimos. me atrajo el sonido hipnótico de la zanfona y de una voz distinta que me transportaron a otros tiempos en los que los sefardíes habitaban esas calles...

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  3. Es una encantadora que acerca a los que vibran con su son y tiene la capacidad de materializar a seres tan encantadores como ella.
    Un abrazo.

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