Carmen Orte cantando en Cáceres con la zanfona. |
Tengo un amigo que dice
que yo veo las cosas con mirada mágica, que tengo una visión mágica de la vida,
o algo así. No estoy de acuerdo. La realidad supera con mucho a la ficción y si
yo digo que fui a aquel lugar, en ese momento, para conocerlo, puede ser una explicación
como cualquier otra. Llámale casualidad, azar, karma, destino,...; el caso es
que si uno ve las cosas con perspectiva se da cuenta de que los sucesos que a
veces parecen traumáticos, son siempre para bien, aunque acaben con la muerte,
que no nos olvidemos es el fin último de la vida.
Me
niego a tener una visión amargada y catastrofista de la existencia. Parto de
que el que nace, muere así como que la gestación de una nueva vida, en los
mamíferos, acaba con un parto: la hembra, por lo menos la mujer, sabe que no le
queda más remedio que abrirse para que salga el nuevo ser; la medicina ha
inventado un sistema para sacarlo, la cesárea, pero sin duda es mucho más
agresiva que un parto. El amor a tu hijo puede hacer que ese parto sea como una
especie de orgasmo. Yo he visto parir a las gatas y no creo que sufran, al
contrario, gozan.
El
camino que recorre una persona en su vida es un misterio en sí mismo, y aunque
muchos crean que siguen el que le trazaron sus padres casi desde antes de
nacer, no es cierto porque la vida te puede sorprender en cualquier momento;
del mismo modo la persona que piensa que se ha hecho a sí misma y ha trazado su
propio camino, también esta equivocada por la misma razón.
Por
qué unas personas aprenden a lo largo de su vida, después de haber tropezado o
sufrido, y otras no, lo ignoro, pero intuyo que es bueno ser capaz de hacerlo,
para uno mismo, es como abrirse a la vida, vivir.
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